Doctrina de Dios-Dios el Hijo-parte 2-

El Santuario y sus servicios fueron instituidos para ilustrar el plan de Salvación. Para obtener el perdón, el pecador arrepentido debía llevar un animal para sacrificarlo, el cuál no tuviese ninguna imperfección, puesto que representaba al Salvador  exento de  pecado. El pecador colocaba entonces su mano sobre el animal inocente y confesaba sus pecados (Lev.1:3,4).Este acto simbolizaba la transferencia del pecado, desde el pecador culpable a la víctima inocente, revelando así la naturaleza sustitutiva del sacrificio.

PREDICCIONES ACERCA DE UN SALVADOR: Dios prometió que el Salvador-El Mesías, el Ungido- surgiría del linaje de Abrahán: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra” (Gen.22:18). Isaías predijo que el Salvador vendría como un niño varón y que sería tanto humano como divino: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isa. 9:6). Este Redentor ascendería al trono de David y establecería un reino eterno de paz (Isa. 9:7). El lugar de su nacimiento sería Belén (Miq.5:2).  El nacimiento de esta Persona divino-humana sería sobrenatural. Haciendo referencia a Isaias7:14, el Nuevo Testamento declara: “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel,  que traducido es: Dios con nosotros“(Mateo 1:23)

La misión del Salvador se expresa en las siguientes palabras: “El Espíritu de Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová”(Isa.61:1,2)—(Lucas 4:18,19). Cosa asombrosa, el Mesías sufriría rechazo, lo considerarían como “raíz de tierra seca; no hay parecer en El, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, Varón de dolores, experimentado en quebranto………y no le estimamos” (Isa.53:2,4). Uno de sus amigos lo traicionaría (Sal.41:9) por treinta piezas de plata (Zac.11:12). Durante su juicio lo escupirían y lo azotarían (Isa.50.6). Los que lo ejecutasen echarían suertes por sus ropas (Sal.22:18). Ninguno de sus huesos habría de ser quebrado (Sal.34:20), pero su costado sería traspasado (Zac.12:10). En sus aflicciones, no se resistiría, sino que “como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió  su boca” (Isa.53:7).

EL SALVADOR IDENTIFICADO:   Únicamente Cristo ha cumplido estas profecías. Las Escrituras trazan su genealogía hasta Abrahán, llamándolo  el Hijo de Abrahán (Mat.1:1), y Pablo afirma que la promesa hecha al patriarca Abrahán y a su simiente se cumplió en Cristo (Gal.3:16). El título mesiánico “Hijo de David” le fue aplicado profusamente a Cristo (Mat.21:9). Fue identificado como el Mesías prometido, que ocuparía el trono de David (Hechos 2:29,30). Jesús identificó su misión con la del Mesías predicho en Isaías 61: 1,2: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc.4:17-21).