Doctrina de los Acontecimientos Finales-EL SANTUARIO CELESTIAL-parte 1-

EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL- El Santuario Celestial es la morada de Dios.

Ha llegado la hora del sacrificio de la tarde.  El sacerdote que oficia en el atrio del Templo de Jerusalén se halla listo para ofrecer un cordero como sacrificio. Cuando levanta el cuchillo para matar a la víctima, la tierra se estremece. Aterrado, deja caer el cuchillo y el cordero escapa. Por sobre el fragor del terremoto se oye un ruido desgarrador, cuando una mano invisible rasga el velo del templo de arriba abajo.

En el otro extremo de la ciudad, Jesús   el Cordero de Dios, exclama: ¡Consumado es”!, muere por los pecados del mundo.  El Salvador ha completado su sacrificio expiatorio, los ritos que anticipaban ese sacrificio han sido inválidos.  Esa es la razón del velo rasgado, el cuchillo caído y el cordero que se fuga.  Sin embargo, la historia de la salvación abarca más que eso.  Llega más allá de la cruz.  La resurrección y ascensión de Jesús dirige nuestra atención hacia el Santuario Celestial, en el cuál Cristo ya no es el Cordero sino que ministra como Sacerdote. Habiéndose ofrecido en sacrificio una vez para siempre (Heb9:28), ahora pone los beneficios de este sacrificio expiatorio a disposición de todos.

EL SANTUARIO DEL CIELO.  Dios le dio instrucciones a Moisés para que construyera el primer santuario que funcionó bajo el primer (antiguo) pacto (Heb.9:1), para que sirviera como su morada terrenal (Exo.25:8).  En ese lugar, el pueblo aprendía el camino de la salvación. Unos 400 años más tarde, el tabernáculo portátil de Moisés fue reemplazado por el templo permanente que el rey Salomón construyó en Jerusalén.  Después que Nabucodonosor destruyó ese templo, los exiliados que volvieron de la cautividad babilónica construyeron el segundo templo, el cuál Herodes el Grande remodeló, pero fue destruido por los romanos en el año 70 de nuestra era.

El Nuevo Testamento revela que el nuevo pacto también tiene un santuario, el cuál está en el cielo.  El él Cristo funciona como Sumo Sacerdote a la diestra del trono de la Majestad Este santuario es el verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre” (Heb.8:1, 2).  En el monte Sinaí se le mostró a Moisés el modelo”, la copia, o  miniatura del Santuario Celestial (véase Exo.25: 9, 40).

La Escritura llama al santuario que Moisés construyó,las figuras de las cosas celestiales”, y “el santuario hecho de mano, figura del verdadero” (Heb.9:23, 24). El santuario terrenal y sus servicios por lo tanto, proveen para nosotros una oportunidad especial para comprender el papel que cumple el Santuario Celestial.

JUAN VIO EL SANTUARIO CELESTIAL. Dice  que fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio”  (Apoc.15:5); en otro pasaje declara: Y el templo de Dios fue abierto en el cielo” (Apoc.11:19). Allí el apóstol vio los objetos que sirvieron de modelo para los muebles del Santuario Terrenal, tales como los siete candeleros de oro (Apoc.1:12) y el altar de incienso (Apoc.8:3). Vio también allí el arca del pacto, la cuál era semejante a la del Lugar Santísimo terrenal (Apoc.11:19). 

El altar de incienso celestial está ubicado ante el trono de Dios (Apoc.8:3; 9:13), que a su vez se encuentra situado en el templo celestial de Dios (Apoc.4:2;  7:15,  16:17). De este modo, la escena que muestra la sala del trono celestial (Dan.7:9, 10) se desarrolla en el Templo o Santuario Celestial.  Por esta razón, los juicios finales surgen del Templo de Dios. (Apoc.15: 5-8).

Por lo tanto, es claro que la Sagrada Escritura presenta el Santuario Celestial como un lugar real (Heb.8:2), y no una metáfora o abstracción. EL SANTUARIO CELESTIAL ES LA MORADA DE DIOS.