Doctrina de la Vida Cristiana-La Ley de Dios-parte 8-Referencias

Los primeros dos  mandamientos están  íntimamente relacionados, y sin embargo tienen diferencias evidentes: El primero trata de quién es el verdadero Dios, y el segundo, de cómo debe ser adorado.  El segundo no es una repetición del primero, como algunos creen. La distinción  es tan grande como la que existe entre cualquiera de los otros. El primer mandamiento revela el verdadero objeto de culto; y el segundo, la verdadera forma de rendir dicho culto.  El primero nos dice quién es el único que debe ser adorado, y el segundo nos dice cómo debemos adorarlo, o cómo no se lo debe adorar.  El primero prohíbe los dioses falsos; el segundo prohíbe las falsas formas de adoración.

“El primer mandamiento se refiere a nuestro concepto de Dios; el segundo, a nuestras acciones externas manifestadas en la adoración.  El segundo se dirige contra el falso culto del verdadero Dios.  No se lo debe adorar por medio de ídolos, imágenes ni otras manifestaciones visibles”.

Los católicos y los luteranos consideran que los primeros dos mandamientos forman el primero, y dividen el décimo mandamiento relativo  a la codicia, haciendo de él dos mandamientos separados para mantener un total de diez. ??

En general, los protestantes usan la división adoptadas por las iglesias Griega y Reformada.  Esto también lo hicieron la mayoría de los reformadores protestantes.

La ley de Moisés también puede referirse a una división del Antiguo Testamento compuesta del Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia (Luc.24:44;  Hech.28:23).

En el libro del pacto se incluían ciertas regulaciones civiles y ceremoniales.  Los preceptos civiles NO constituían una adición a los del Decálogo, sinó que eran simplemente aplicaciones específicas de sus amplios principios.  Los preceptos ceremoniales simbolizaban el Evangelio al proveer para los pecadores los medios de obtener la gracia.  De este modo es el Decálogo lo que domina el pacto.

Algunos han interpretado que la declaración de Pablo según la cualel fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquél que cree ”significa que el fin o propósito de la ley consiste en llevarnos al punto en que podamos ver nuestra pecaminosidad y sentirnos motivados a ir a Cristo para recibir por fe su perdón y justicia.

Otros han interpretado que la referencia a Cristo como el fin de la ley significa que Cristo es el propósito o blanco de la ley (Gal.3:24) o el cumplimiento de la Ley (Mat.5:17). Sin embargo, el punto de vista según el cuál Cristo es el fin o terminación de la Ley como medio de salvación (Rom.6:14) parece encajar  mejor en el contexto de Romanos 10:4. “Pablo esta haciendo un contraste entre la forma que Dios ha prescrito para obtener justicia por fe, con los intentos humanos de obtenerla por medio de la ley.El mensaje del Evangelio es que para todo aquel que tiene fe, Cristo es el fin de la ley como camino de justicia”.

La ley ceremonial era un ayo que tenía el propósito de llevar al individuo a los pies de Cristo, pero por diferentes medios.  Los servicios del santuario, con sus ofrendas y sacrificios les señalaban a los pecadores el perdón de los pecados que proveería la sangre del Cordero de Dios, Jesucristo, que habría de  venir, ayudándoles de este modo a comprender la gracia del Evangelio.  Fue dispuesta con el fin de crear amor por la Ley de Dios, mientras que las ofrendas de sangre debían servir como dramática ilustración del amor de Dios en Cristo.

Caín y Abel estaban plenamente familiarizados con el sistema de sacrificios (Gen.4: 3-5;  Heb.11:3).  Lo más probable es que Adán y Eva obtuvieron sus primeras vestiduras (Gen.3:21) de las pieles de los animales sacrificados para hacer la expiación por sus pecados.