Doctrina de la Vida Cristiana-El Sábado-parte 11-

LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO. El sábado comienza a la puesta del sol el viernes,  y termina a la puesta del sol el sábado por la tarde (véase Gen.1:5; compárese con Mar. 1:32). Al día viernes, la Escritura lo llama el día de preparación (Mar. 15:42), un día en el cuál debemos prepararnos para el sábado.  En este día se deben disponer los alimentos que se consumirán el sábado. (véase  Exo.16:23;  Núm.11:8). Cuando se acercan las horas sagradas del sábado, es bueno que las familias o grupos de creyentes se reúnan para cantar alabanzas, orar y leer la Palabra de Dios invitando de este modo al Espíritu de Cristo para que sea bienvenido. En forma similar uniéndose en adoración poco  antes de la puesta del sol del sábado, pidiendo la presencia y conducción de Dios durante la semana que está por comenzar.

El Señor llama a su pueblo para que hagan del sábado un día delicioso (Isa. 58:13)  ¿Cómo pueden hacer esto?  Su única esperanza de experimentar alguna vez el verdadero gozo y satisfacción que Dios ha provisto para ellos en el día santo, consiste en seguir el ejemplo de Cristo, el Señor del sábado.

Cristo adoraba regularmente en el día sábado, tomando parte en los servicios e impartiendo instrucción religiosa.  Pero el Salvador no se limitaba a adorar. También tenía comunión con los demás, caminaba al aire libre, y se dedicaba a realizar santas obras de misericordia.  Siempre que podía, sanaba a los enfermos y afligidos.

Cuando se lo criticó por su obra de aliviar el sufrimiento, Jesús replicó: Lícito es en los sábados hacer el bien” (Mat.2:12). Sus actividades de sanamiento no quebrantaron el sábado ni lo abolieron.  Lo que sí hicieron fue terminar con los gravosos reglamentos que habían torcido el significado del sábado como un instrumento divino de refrigerio espiritual y deleite. Dios se proponía que el sábado sirviera para el enriquecimiento espiritual de la humanidad.

El Señor del sábado invita a todos a seguir su ejemplo. Los que aceptan su llamado experimentan el sábado como una delicia y una fiesta espiritual, un anticipo del cielo.  Descubren que el sábado fue designado por Dios para evitar el desánimo espiritual”.